Acompañada por una inmensa multitud llena de fervor mariano, la Virgen de la Victoria realizó un emotivo trayecto de regreso al Polvorín, después de presidir durante cinco días la capilla del Colegio de las RR. MM. Teresianas, su segunda casa desde que la comunidad teresiana acogiera la bendición de la primitiva imagen el 8 de diciembre de 1940.
Tras casi una semana cargada de innumerables actos en los que tanto las hermanas teresianas como la comunidad educativa han mostrado su cariño y devoción a la Reina del Polvorín, el momento de la partida deparó estampas cargadas de emoción a cada paso del recorrido. Un trayecto en el que la hermandad quiso regalar a los devotos de sus barrios la posibilidad de disfrutar de esta procesión extraordinaria que puso el punto culminante a la primera etapa del amplio programa de actos previos a la Coronación Canónica. Rayando el mediodía, la imagen de la Victoria inició su camino de regreso al templo del Polvorín, no sin antes recibir la última despedida de la congregación teresiana. A las puertas del colegio esperaba impaciente una muchedumbre ansiosa por acompañar a la Virgen en su recorrido por las calles del Matadero, el Barrio Obrero y el barrio del Polvorín, cuyos vecinos se han afanado en decorar las calles con sus mejores galas para acoger el paso de la titular de la hermandad del Miércoles Santo.
En la puerta ya esperaba la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno que alegraban el ambiente ofreciendo sus marchas procesionales. Abriendo el cortejo la maravillosa Cruz de Guía de la Hermandad del Polvorín acompañada por 2 artísticos faroles abrían el cortejo, seguido por hermanos de la Cofradía con cirrios, asímismo en el cortejo una amplia representación de la Hermandad de la Bella de Lepe con su maravilloso estandarte y Simpecado de la Patrona de Lepe acompañada de faroles; la Hermmandad de la cinta muy bien representada con su guión. También destaca la presencia del pregonero de la coronación, D. Rafael Prada Sierra que estuvo en ambos traslados y la Teniente de Alcalde y Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Lepe, Dña. Bella Pilar Coro Martín.
A las puertas de la asociación de vecinos Santa Ana, esperaba su presidente, José Luis Rebollo, que le hizo entrega de un ramo de flores a la Virgen como muestra de la devoción del barrio del Matadero por esta advocación mariana. Entre vítores se adentró María Santísima de la Victoria por las calles del primero de sus tres barrios, donde recibió alabanzas y una lluvia de pétalos, justo a la altura de uno de los azulejos que luce en su honor en la avenida Miss Whitney, que inundó de flores el paso y arrancó los sentidos aplausos de los devotos allí congregados. Se notaba en el ambiente las ganas de ver pasar a la Virgen por algunos de sus puntos habituales en el barrio, ya que el pasado Miércoles Santo la hermandad se vio obligada a recortar su trayecto debido al riesgo de lluvia, privando al Matadero de su presencia.
Después del Matadero, el cortejo procesional, encabezado por la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno, se introduce por la rampa de acceso al Barrio Obrero imitando el tradicional trayecto que cada Miércoles Santo realiza siguiendo la estela dejada por el paso de misterio de Jesús de la Humildad, aunque en esta ocasión la estampa era bien distinta, tanto por hacerlo a plena luz del día como por procesionar sin la protección del palio. Las angostas y centenarias calles del barrio inglés lucían sus mejores galas para recibir a su Virgen en un día muy especial y cargado de sentimientos hacia la Reina del Polvorín. En cada esquina del recorrido se sucedieron los vítores y los aplausos, que se entremezclaron con las voces del grupo de campanilleros ‘Sagrado Corazón’, que, como ya hiciera el pasado martes en el traslado, dedicó numerosas plegarias compuestas expresamente para la Coronación.
El paso por la calle G deparó uno de los momentos álgidos del trayecto de retorno al Polvorín. Como ocurre cada vez que la Victoria realiza su estación de penitencia, las dos orillas de la calle se llenan de feligreses hasta el punto de que parece que el paso de la Virgen avanza en volandas entre el gentío. Una estampa que, pese a producirse en esta ocasión con el sol alcanzando su plenitud, no perdió ni un ápice de belleza con respecto a las madrugadas bañadas por el incienso de los miércoles santos. Y, como no podía ser de otra manera, la entrada en la calle Puebla de Guzmán, punto previo a la entrada al templo, tampoco desmereció el recorrido que se había quedado por detrás. La tradicional puerta de entrada al barrio del Polvorín que la hermandad recorre en su estación de penitencia sirvió también esta vez como antesala al culmen de este traslado extraordinario. Las lluvias de pétalos se sucedieron a cada paso quedando la calle cubierta por una alfombra de pétalos de flores y el ambiente se impregnó del aroma de las flores con las que los fieles agasajaron a la Virgen. Las muestras de fervor y devoción a la Victoria se hicieron aún más notables en este último tramo del recorrido, lo que provocó que se retrasara la entrada en la parroquia con respecto a la hora prevista. Una circunstancia que, a pesar del calor, ninguno de los presentes tuvo en cuenta, ya que durante todo el trayecto se vivió un ambiente festivo que podía haberse alargado durante horas.
Ya dentro del Templo, las andas de la Santísima Virgen de la Victoria, rodeada de sus hijos que no se querían marchar, fue adentrándose muy lentamente, con cánticos de campanilleros, vítores, vivas, lágrimas y muchos sentimientos afloraban por tantos motivos que cada uno de los allí presentes vivían y recordaban, sobretodo, personas que echaban de menos a seres queridos que no podían acompañarles pero que seguro presenciaron todo lo sucedido en el Polvorín desde un sitio privilegiado.
Tras casi una semana cargada de innumerables actos en los que tanto las hermanas teresianas como la comunidad educativa han mostrado su cariño y devoción a la Reina del Polvorín, el momento de la partida deparó estampas cargadas de emoción a cada paso del recorrido. Un trayecto en el que la hermandad quiso regalar a los devotos de sus barrios la posibilidad de disfrutar de esta procesión extraordinaria que puso el punto culminante a la primera etapa del amplio programa de actos previos a la Coronación Canónica. Rayando el mediodía, la imagen de la Victoria inició su camino de regreso al templo del Polvorín, no sin antes recibir la última despedida de la congregación teresiana. A las puertas del colegio esperaba impaciente una muchedumbre ansiosa por acompañar a la Virgen en su recorrido por las calles del Matadero, el Barrio Obrero y el barrio del Polvorín, cuyos vecinos se han afanado en decorar las calles con sus mejores galas para acoger el paso de la titular de la hermandad del Miércoles Santo.
En la puerta ya esperaba la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno que alegraban el ambiente ofreciendo sus marchas procesionales. Abriendo el cortejo la maravillosa Cruz de Guía de la Hermandad del Polvorín acompañada por 2 artísticos faroles abrían el cortejo, seguido por hermanos de la Cofradía con cirrios, asímismo en el cortejo una amplia representación de la Hermandad de la Bella de Lepe con su maravilloso estandarte y Simpecado de la Patrona de Lepe acompañada de faroles; la Hermmandad de la cinta muy bien representada con su guión. También destaca la presencia del pregonero de la coronación, D. Rafael Prada Sierra que estuvo en ambos traslados y la Teniente de Alcalde y Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Lepe, Dña. Bella Pilar Coro Martín.
A las puertas de la asociación de vecinos Santa Ana, esperaba su presidente, José Luis Rebollo, que le hizo entrega de un ramo de flores a la Virgen como muestra de la devoción del barrio del Matadero por esta advocación mariana. Entre vítores se adentró María Santísima de la Victoria por las calles del primero de sus tres barrios, donde recibió alabanzas y una lluvia de pétalos, justo a la altura de uno de los azulejos que luce en su honor en la avenida Miss Whitney, que inundó de flores el paso y arrancó los sentidos aplausos de los devotos allí congregados. Se notaba en el ambiente las ganas de ver pasar a la Virgen por algunos de sus puntos habituales en el barrio, ya que el pasado Miércoles Santo la hermandad se vio obligada a recortar su trayecto debido al riesgo de lluvia, privando al Matadero de su presencia.
Después del Matadero, el cortejo procesional, encabezado por la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno, se introduce por la rampa de acceso al Barrio Obrero imitando el tradicional trayecto que cada Miércoles Santo realiza siguiendo la estela dejada por el paso de misterio de Jesús de la Humildad, aunque en esta ocasión la estampa era bien distinta, tanto por hacerlo a plena luz del día como por procesionar sin la protección del palio. Las angostas y centenarias calles del barrio inglés lucían sus mejores galas para recibir a su Virgen en un día muy especial y cargado de sentimientos hacia la Reina del Polvorín. En cada esquina del recorrido se sucedieron los vítores y los aplausos, que se entremezclaron con las voces del grupo de campanilleros ‘Sagrado Corazón’, que, como ya hiciera el pasado martes en el traslado, dedicó numerosas plegarias compuestas expresamente para la Coronación.
El paso por la calle G deparó uno de los momentos álgidos del trayecto de retorno al Polvorín. Como ocurre cada vez que la Victoria realiza su estación de penitencia, las dos orillas de la calle se llenan de feligreses hasta el punto de que parece que el paso de la Virgen avanza en volandas entre el gentío. Una estampa que, pese a producirse en esta ocasión con el sol alcanzando su plenitud, no perdió ni un ápice de belleza con respecto a las madrugadas bañadas por el incienso de los miércoles santos. Y, como no podía ser de otra manera, la entrada en la calle Puebla de Guzmán, punto previo a la entrada al templo, tampoco desmereció el recorrido que se había quedado por detrás. La tradicional puerta de entrada al barrio del Polvorín que la hermandad recorre en su estación de penitencia sirvió también esta vez como antesala al culmen de este traslado extraordinario. Las lluvias de pétalos se sucedieron a cada paso quedando la calle cubierta por una alfombra de pétalos de flores y el ambiente se impregnó del aroma de las flores con las que los fieles agasajaron a la Virgen. Las muestras de fervor y devoción a la Victoria se hicieron aún más notables en este último tramo del recorrido, lo que provocó que se retrasara la entrada en la parroquia con respecto a la hora prevista. Una circunstancia que, a pesar del calor, ninguno de los presentes tuvo en cuenta, ya que durante todo el trayecto se vivió un ambiente festivo que podía haberse alargado durante horas.
Ya dentro del Templo, las andas de la Santísima Virgen de la Victoria, rodeada de sus hijos que no se querían marchar, fue adentrándose muy lentamente, con cánticos de campanilleros, vítores, vivas, lágrimas y muchos sentimientos afloraban por tantos motivos que cada uno de los allí presentes vivían y recordaban, sobretodo, personas que echaban de menos a seres queridos que no podían acompañarles pero que seguro presenciaron todo lo sucedido en el Polvorín desde un sitio privilegiado.
Fotos: Matias Contreras, Pedro Miguel Romero, Paco M. Carrasco,
Paco Castilla y José Ángel Márquez
Paco Castilla y José Ángel Márquez
1 comentario:
Preciosa Ntra. Sra. de la Victoria en esas andas de plata de Ntra. Sra. de la Bella!!
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